El objetivo que nos proponemos es que los alumnos se conviertan en profesionales de la escena, partiendo de una metodología de trabajo práctica que permita a los alumnos trabajar sobre el escenario desde el comienzo de su formación. Sobre este planteamiento, se llevarán a cabo ejercicios de corrección que atenderán al mismo nivel de exigencia que el que suele hacerse a profesionales en activo, considerando al alumno como si fuera un profesional desde el principio.

Decía el maestro Peter Brook que para hacer teatro eran necesarias tres cosas: el actor, un teatro y un público. De ahí que buena parte de nuestra línea educativa se haya centrado en trabajar la relación del actor con el público. No obstante, para que pueda existir una buena sintonía entre actor y público, primero es necesario que el actor reciba una buena formación. Una formación completa que a su vez beba de las corrientes y dramaturgos más significativos.

Durante su etapa en Off, los alumnos trabajarán tanto Teatro Clásico como Contemporáneo, atendiendo a todos los géneros (Comedia, Tragedia, Drama…). Se dará prioridad a las corrientes de la última etapa del siglo XIX y a las del siglo XX entre las que se encuentran el Teatro Realista, Naturalista, Simbolista, Expresionista, Absurdo o De Vanguardia.

A lo largo de su formación los alumnos trabajarán diferentes planteamientos teóricos de dramaturgos reconocidos como Stanislavski (el análisis activo de la escena y la construcción del personaje), Grotowski (la emoción a través de la acción física), Peter Brook (la libertad del actor y la poética espacial) o Jouvet (la palabra emocionada). Sin olvidar el trabajo inteligente del actor “brechtiano” o las anotaciones de Uta Hagen sobre el arte de actuar. El aprendizaje se complementará con las puntualizaciones de Jacques Lecoq (la relación dinámica del actor, el cuerpo y el espacio), Declan Donnellan (el actor y la diana) y las reflexiones David Mamet sobre el actor contemporáneo.

Estas reflexiones y teorías les proporcionarán a los alumnos las herramientas necesarias para hacer frente a la improvisación y la construcción de los distintos personajes con los que encuentren a lo largo de su trayectoria profesional y además les serán útiles para poder localizar el conflicto dramático y reconocer la tensión interior y exterior de todo tipo de textos, y de esta forma, poder interpretar cualquier escena.

En última instancia, esta recopilación técnica exige que el alumno sea disciplinado y a la vez desarrolle una mentalidad abierta y creativa que le permita asimilar y combinar lo esencial de las distintas teorías, corrientes, códigos escénicos y autores.