Por un lado el desarrollo de estos eventos implica requerimientos específicos de recintos y servicios, y el empleo de infraestructura y servicios vinculados principalmente con la actividad turística, debido al desplazamiento espacial que en numerosas ocasiones deben efectuar los participantes.
Por el otro lado, la trascendencia de los eventos y su creciente complejidad y diversificación, su impacto económico y sociocultural, así como su valoración y utilización estratégica como herramienta de comunicación y de marketing, han señalado la necesidad de una organización experta y han ido delineando una serie de competencias que definen un perfil profesional.
Todo ello requiere de la comprensión del turismo y los eventos como actividades complementarias, tanto en el marco mundial como en el regional, a la vez de entender la organización de eventos como profesión, que demanda personal formado y capacitado especialmente en distintos saberes y disciplinan que hacen a la actividad.