La comprensión escrita se evalúa mediante la práctica contextualizada del pre-sente de indicativo de los verbos ser, estar, tener y otros verbos de uso común en el relato de la rutina diaria y el ámbito de las situaciones cotidianas; también se valora la capacidad de expresión en intercambios conversacionales breves.

Mediante la práctica lectora se comprueba la capacidad de extraer significados a partir de un texto dado o el reconocimiento de sinónimos y antónimos, recibiendo el apoyo correspondiente a un nivel básico.

Los ejercicios de comprensión auditiva permiten valorar la capacidad de inferir significados, tanto globales como más específicos, a partir de una audición; el reconocimiento de segmentos concretos de la misma, así como el grado de corrección gramatical y ortográfica.