Dada la complejidad del funcionamiento del aparataje quirúrgico y a los avances tecnológicos dentro del mismo ámbito es necesaria una formación especializada en la material de la traumatología y en especial de las técnicas artroscópicas. El paciente que va a ser intervenido de una artroscopia necesita de unas necesidades y de unos cuidados especiales por parte del personal de enfermería. Dado que son técnicas que se realizan con agua y sueroterapia se debe tener controlada la temperatura del paciente ya que puede tender a sufrir de hiportermia intraquirúrgica con importantes consecuencias para el paciente. También las tracciones a las que se deben someter las distintas articulaciones durante la cirugía y su mantenimiento forman parte de las competencias de la enfermería quirúrgica. Las técnicas de artroscopia comenzaron siendo pruebas diagnósticas donde el especialista definía la patología del paciente, pero en las últimas décadas debido a que pueden tratarse dichas afecciones de una manera mínimamente invasiva los porcentajes de las técnicas quirúrgicas por artroscopia han ido aumentando considerablemente dejando la cirugía abierta sólo para aquellas patologías o fracturas imprescindibles. La profesión de enfermera quirúrgica debe avanzar al mismo tiempo que la tecnología intraoperatoria para poder dar con sus conocimientos y habilidades una correcta asistencia a la cirugía y al paciente dentro del quipo interdisciplinar.

Requisitos: tener la titulación sanitaria correspondiente a este curso

A quién va dirigido: Enfermer@s