Interpretar el registro arqueológico, en su diversidad interdisciplinar, con el fin de convertirlo en conocimiento social e histórico.
Gestionar el Patrimonio Arqueológico en sus distintas vertientes de conocimiento, planificación, control y difusión.
Investigar los paisajes y yacimientos arqueológicos con las técnicas modernas de prospección y excavación.
Aplicar los conocimientos adquiridos a los diversos campos de actividad profesional: la propia investigación y la docencia y la práctica profesional, incluida la gestión y la difusión de los bienes.
Saber qué es la Arqueología, la teoría arqueológica y los procesos históricos.
Mantener una actitud innovadora y adaptable a muy distintos ambientes.
Practicar la profesión con responsabilidad ética.
Desarrollar aptitudes, habilidades y destrezas propias de las exigencias impuestas en el presente en el campo de la demanda laboral.
Adquirir y mantener el rigor científico propio de la formación básica de una historiadora o historiador.
Conocer y trabajar sobre los procesos de cambio y de continuidad de la humanidad en una perspectiva diacrónica, desde la Prehistoria hasta el mundo actual.
Conocer la estructura económica, social e ideológica de las sociedades cuyos restos se estudian.
Manejar destrezas procedentes de distintas disciplinas científicas que proporcionan datos particulares sobre la naturaleza de las culturas –Antropología- o bien de los objetos y yacimientos arqueológicos: Geología, Geografía, Química, Zoología, etc.
Controlar, desde una perspectiva crítica, los problemas y debates a los que se enfrenta la Arqueología en la actualidad.
Transmitir a distintos tipos de público la información así conseguida, así como la metodología empleada en ello.